Bdsm...Terminologia

https://ia600607.us.archive.org/8/items/B_D_S_M/BDSM_Intro.pdf
 El collar D/s: símbolo de sumisión y entrega en la subcultura BDSM. BDSM es un término creado para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas. Se trata de una sigla que combina las siglas resultantes de Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo. Abarca, por tanto, a una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidades alternativas.[1] A veces, en el habla cotidiana, se utilizan las expresiones “sado” o "sadomasoquismo" para referirse al BDSM, aunque ambos términos resultan equívocos, en parte por tratarse de palabras creadas por la psiquiatría para definir enfermedades mentales y en parte, porque las prácticas abarcadas por el BDSM son variadas y admiten gran cantidad de manifestaciones diferentes. Como práctica erótica el BDSM se apoya siempre en el consenso de los participantes y se distingue radicalmente del sadismo criminal.[2]

1.1 Conceptos BDSM es un término creado en 1990 para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas. Se trata de una sigla formada con la combinación de las iniciales de los siguientes pares de palabras: Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; y Sadismo y Masoquismo. [1] 1.1.1 Bondage y disciplina «Bondage» es un término inglés referido a la sujeción que implican ciertos vínculos, que se establece en ciertas relaciones de subordinación. Históricamente, en siglos anteriores, fue un término utilizado para referirse al lazo vincular restrictivo que unía a amos y esclavos, o a señores feudales y vasallos.[3] El término “bondage” también suele ser asociado a las ataduras con sogas u otros elementos de restricción, que se utilizan muchas veces en el BDSM, pero linguísticamente la palabra “atadura” no proviene del término inglés bond, sino del término inglés bind. [3] Las prácticas eróticas relacionadas con el bondage entonces, son propiamente las que establecen roles de poder asimétricos, como amo-esclavo, patrón-mucama, jefe-empleado, maestroalumno, policía-detenido, dueño-mascota, etc. Impropiamente en la práctica también se relaciona esta expresión con las ataduras y restricciones con fines eróticos. «Disciplina» es un término que hace referencia a prácticas eróticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de comportamiento, posturas según las circunstancias, etc. 1.1.2 Dominación y sumisión «Dominación» es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol dominante para actuar de acuerdo a su voluntad y su deseo sobre otra u otras personas que adoptan un rol sumiso. La persona en el rol dominante manda y dispone. Se trata siempre de una dominación sujeta constantemente al consenso y los límites establecidos por la persona que acepta ser dominada. El BDSM rechaza toda práctica de dominación, por mínima que sea, que no cuente con el consenso actual de la persona dominada. «Sumisión» es un término utilizado para referirse a las prácticas eróticas en las que una persona adopta un rol sumiso en el que queda bajo la voluntad de otra u otras personas que adoptan un rol dominante. Es la situación complementaria de la dominación, por ello suele hablarse de relaciones D/s. La persona en el rol sumiso obedece o deja que se actúe sobre su cuerpo. Se trata siempre de una situación de sumisión voluntaria, dentro de los marcos de  los límites establecidos por la persona que adopta el rol sumiso.

1.1.3 Sadismo y masoquismo «Sadismo» es un término que en este contexto se utiliza para referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer causando dolor, humillación o incomodidad a otra persona que acepta esa situación. Se trata siempre de prácticas voluntarias que no pueden ir más allá de los límites establecidos por la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, y que pueden ser detenidas en cualquier momento. La persona que adopta el rol sádico, cuida en todo momento la situación de la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, a fin de evitar cualquier daño. Se trata de una práctica erótica que no tiene ninguna similitud con el sadismo criminal. «Masoquismo» es un término que en este contexto se utiliza para referirse a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad, generalmente a manos de otra persona que acepta esa situación. Se trata siempre de prácticas voluntarias que no pueden ir más allá de los límites establecidos por la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad, y que pueden ser detenidas en cualquier momento. 1.1.4 Recapitulación Muchas actividades enmarcadas en el BDSM tienen como elemento común una situación de traspaso de poder con finalidad erótica, siempre voluntario, conocido en inglés con la expresión Erotic Power Exchange (EPE o Intercambio Erótico de Poder). Algunas de las prácticas que engloba el término, como la humillación erótica, el dolor, la sumisión y otras, no podrían entenderse al margen de su implicación con una forma específica de placer mutuo, sin la cual las citadas prácticas se asociarían con sensaciones desagradables. Durante una sesión (el tiempo en que se practica ese intercambio de poder) los participantes acuerdan determinadas reglas para garantizar que las prácticas se realicen en un entorno de consenso y libre voluntad (conocido con las siglas SSC o sensato, seguro y consensuado). Se puede practicar en algunos clubes o bares, generalmente ubicados en las grandes ciudades, especializados en la temática BDSM, aunque lo más normal es jugar mezclando esta práctica con otros juegos eróticos o sexuales más convencionales en un entorno de pareja. El fetichismo no está incluido dentro de las prácticas y gustos eróticos abarcados por la sigla BDSM. Sin embargo es muy usual que muchas prácticas fetichistas se inserten naturalmente en las prácticas BDSM, como sucede con la ropa de cuero (movimiento leather), la adoración de pies y tacones, ciertos juegos de rol sexuales, en los que cada parte asume uno de los papeles, tales como los de maestro/a-alumno/a, doctor(a)-paciente, niñero/abebé (age play), juegos de entrenamiento de mascota y otros, etc. El BDSM también se relaciona con prácticas eróticas o culturas cercanas como la subcultura gótica y el vampirismo

1.2 Historia Bondage. El término BDSM apareció por primera vez en abril de 1991, en torno al foro de noticias por Internet denominado alt.sex, como la yuxtaposición de dos abreviaturas contrapuestas, BD (bondage y dominación) y SM (sadomasoquismo), que en realidad se habían creado, precisamente, para distinguir el sadomasoquismo (que gozaba de una conocida mala imagen) de las “otras” aficiones. Paradójicamente, desde el momento en que se trata de unificar ambas corrientes es cuando la subcultura que las engloba empieza un desarrollo vertiginoso. Dado que BDSM es una palabra que abarca términos muy dispares, no es fácil dotarla de una historia más allá del comienzo de su uso como acrónimo, al margen del que corresponda a cada uno de sus componentes. Como elemento globalizador, el BDSM tiene escasas décadas de vida y se inicia cuando diversas asociaciones de activistas homosexuales S/M de EE. UU. e Inglaterra tratan de crear un mismo espacio subcultural para actividades hasta ese momento bien distintas, como la dominación, el bondage, el fetichismo o el 1.3. PRINCIPIOS Y COMPONENTES BÁSICOS 3 sadomasoquismo. Es la época de la Old Guard, mediados de la década de 1970, y su libro de cabecera es Leatherman’s Handbook. Durante este periodo, el movimiento conserva su vinculación con el mundo homosexual masculino, sin abrirse a los espacios hetero o de homosexualidad femenina y rechazando la idea de admitir a activistas switch (es decir, quienes se confesaban cómodos en ambos roles) entre sus filas. También rechazaban frontalmente la admisión de quienes quiera que considerasen las relaciones B/D y S/M como solo juego. [4] No es hasta principios de los 80 cuando el movimiento BDSM comienza a englobar también a la cultura heterosexual y lésbica, siendo promotores de ese sustancial cambio grupos como el colectivo lésbico Samois y otros.[5] A principios de los 90, empieza lo que hoy conocemos como el periodo de la New Guard (Guardia joven o nueva), que se caracteriza por la decidida apertura hacia el mundo heterosexual y de la homosexualidad femenina, la aceptación del fenómeno switch, la inclusión de elementos de sensibilidad interior (dominación psicológica, relaciones D/S sin inclusión de rasgos sadomasoquistas, etc.), la aceptación de quienes practicaban el sólo juego, y la participación activa de la mujer heterosexual en el asociacionismo BDSM.[6] Robert Bienvenu, reputado conocedor de la temática y catedrático de sociología en la universidad de Indiana, Estados Unidos, expone una visión alternativa de la historia del BDSM, que él asienta sobre tres pilares: el fetichismo europeo de finales de los años 20, el estadounidense (desde 1934), y el movimiento leather a partir de los años 50.[7] 1.3 Principios y componentes básicos 1.3.1 SSC y RACSA La comunidad internacional vinculada al BDSM viene poniendo especial énfasis en que las prácticas sean SSC, es decir, Safe, Sane and Consensual (seguro, sensato y consensuado), término acuñado en 1983 por David Stein. Su ideólogo lo definió del siguiente modo: Las relaciones BDSM deben seguir un modo seguro, sensato y consensuado respecto a sus prácticas: • Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos. • Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad. • Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.[8] Sin embargo, lo que en su inicio fue una definición creada para deslindar el campo del sadomasoquismo consensuado del de los malos tratos (sobre el que la sociedad estadounidense mantenía una severa prevención), fue desarrollando en algunos pequeños grupos modelos de intransigencia muy alejados del propósito inicial y de la metodología de sus creadores. Esto llevó al propio David Stein a distanciarse del abuso que algunas personas hacían de su eslogan.[9] Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el Rack, que reúne en torno a su definición un elevado número de activistas. Rack es el acrónimo de Risk Aware Consensual Kink, que viene siendo traducido en la comunidad hispanoparlante como riesgo asumido y consensuado para prácticas de sexualidad alternativa (o no convencional): racsa. El racsa pone los acentos en la responsabilidad propia de los participantes en una actividad BDSM, responsabilidad informada y consensuada para evaluar y asumir los riesgos de dicha actividad. Más que una diferencia semántica o de concepto, los partidarios del racsa tratan de modernizar una definición (la del SSC) que se concibió fundamentalmente para trazar una línea divisoria con los malos tratos o la violencia de género, pero que sus mismos impulsores han tenido que reconocer, una y otra vez, que su propósito original estaba siendo defraudado y prostituido por el uso intolerante, extremista y poco inteligente por parte de algunos grupos marginales dentro de la comunidad BDSM.[10] La mayor parte de los activistas de la escena adoptan actualmente la postura de señalar la definición SSC como adecuada para comunicarse con el mundo de la sexualidad convencional o vainilla, mientras que sostienen que el término racsa define con mayor rigor y precisión las prácticas BDSM reales.[11] 1.3.2 Palabra de seguridad Dado que muchas de las situaciones durante una sesión contienen elementos de fantasía y rol, y que en algunos de ellos se escenificaba la «protesta» del participante sumiso, era necesario crear un sistema de comunicación que le permitiera a este dejar claro el momento en que su protesta era real y equivalía al deseo de no continuar. Y era preciso que el dominante pudiera percibir nítidamente este deseo y diferenciarlo de la escenificación del «¡no, no más!» que podía ser parte del juego sexual pactado. La solución fue la denominada «palabra de seguridad». Puede ser una palabra de rápida dicción y sonora («stop», «tango»), una que sea significativa para quien la debe recordar (por ejemplo, el nombre de una persona familiar, etc.).


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